Un aporte de Óscar Alberto Segura Castro
La ética, suele verse en ciertos espacios con desdén y en la escala de prioridades por debajo de lo que las ciencias, como la economía, por ejemplo, están llamadas a aportar. En el CEDI, y gracias al trabajo que ya por más de dos décadas ha desarrollado Jorge Arturo Chaves, director de este Centro, la ética no es un ni un anexo ni una "despúes" que sigue a las decisiones entendidas como técnicas. Los aportes de Amartya Sen, Denis Goulet y Luis José Lebret, principalmente, marcan el pensamiento del cual nos sentimos parte, como una herencia intelectual. Así, nuestra participación en este Congreso, ha intentado rescatar algún aspecto que entendemos esencial para entender el sentido humano de la economía, un para qué definitivamente central que debiera estar siempre presente cuando pensamos y construimos eso que llamamos economía. En esto no solo entendemos que se juega una cuestión que es fundamental para superar miradas y actitudes estrechas aún presentes, incluso cotidianamente. Lebret se paraba frente a esas miradas que estrujan la comprensión de la economía, setenta y más años después, resulta necesario seguir planteándose este para qué, quizás último de la economía. Lo hacemos con la conciencia de que la vida en todas sus expresiones es condición sin la cual el ser humano no tiene posibilidad alguna de ser más. Nuestras inquietudes intelectuales en mucho se dibujan en esta cuestión, en este puente. Cuestionamos la realidad social y las vías científicas sobre las que nos aproximamos a ella, para reclamar el sentido orientado a la realización de la vida humana y del planeta todo que deben tener. Intelectualmente nos identificamos con esta necesidad de partir de una antropología que entienda al ser humano más allá de miradas hegemónicas y restringidas al beneficio propio, las dimensiones social, política y económica en mucho han tenido que soportar este condicionamiento que nos retrata desde una posición egoísta. Los problemas económicos, políticos y sociales no solo no problemas desconectados sino que tampoco deben entenderse como espacios de desencuentro egoísta de las personas.Vemos que en una economía del ser más, en una economía humana, hay un principio fundamental de integración disciplinaria y de comprensión de las relaciones humanas desde otra óptica, con la cual coincidimos intelectual y humanamente.